martes, 18 de febrero de 2020

EL FREPAP Y EL ORIGEN DE SUS COLONIAS EN LA SELVA AMAZÓNICA

EL FREPAP Y EL ORIGEN DE SUS COLONIAS EN LA SELVA AMAZÓNICA 


El Frente Popular Agrícola Fía del Perú (Frepap) volverá al escenario político tras 20 años de ausentismo. Hoy, con la ayuda de algunos especialistas y reportes periodísticos, intentaremos explicar qué motivó al líder de una agrupación evangelizadora en el Perú a introducirse a la política. 

La Asociación Evangelizadora de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu) y el Frepap fueron creados por el mismo hombre: Ezequiel Ataucusi Gamonal. La fundación de la institución religiosa se remonta a 1968; mientras que la del Frepap a 1989. 

Según cuenta el antropólogo en una entrevista para el portal OjoPúblico en el 2015, este interés por la política se refuerza cuando Ezequiel reconoce que, sin vínculos con las autoridades, le sería difícil lograr la titulación de territorios. 

Entonces, «[…] se fue dando cuenta rápidamente de qué mensajes o discursos le permitirían legitimarse y encontró el tema de las fronteras vivas, la política del Estado para la colonización de las fronteras nacionales, que estaban al garete», señala Ossio. 

CABALLOCOCHA: VISOS DE UNA TIERRA DE RELIGIÓN Y NARCOTRÁFICO 
Aunque el número de colonias establecidas por el brazo religioso del Frepap no han sido detalladas, existen territorios como el distrito de Caballococha, ubicada en la provincia de Ramón Castilla, en Loreto, donde más de una autoridad forma parte de las filas evangelizadoras. 

Según un informe de El Comercio, esta es una de las localidades que al día de hoy cuenta con la mayor cantidad de autoridades provenientes del Frepap: el alcalde (Rodolfo Díaz Soto), el consejero (Jesús Jambo) y seis regidores municipales; además de dos exalcaldes que gobernaron entre el 2003 y el 2010. 

La peculiaridad de esta zona es que, más allá de la línea israelita de conversión que se podría esperar, Caballococha ha estado marcada por ser un territorio atractivo para los narcotraficantes y, por ende, escenario de disputas contra la fuerza del orden. 

Cuando en el 2014, el Gobierno del Perú declaró el estado de emergencia en toda la provincia de Ramón Castilla —incluyendo Caballococha— un grupo de El Comercio llegó a la zona y pudo comprobar esta realidad. 

«Es difícil para nosotros esta situación. Sabemos que aquí hay sembríos de coca ilegal en el pueblo, pero tenemos que mantener una cierta neutralidad. No podemos preguntar mucho ni a los policías ni a los cocaleros», reconoció entonces el exalcalde Marino Chávez (2003-2006). 


Al año siguiente, en el 2015, el periodista Álvaro Arce escribiría en la revista Somos: «Una investigación de la policía brasileña detectó en enero del 2013 que israelitas asentados en Caballococha –el mayor foco del tráfico de drogas en el Trapecio Amazónico, donde se entrecruzan las fronteras de Perú, Brasil y Colombia– poseían o trabajaban plantaciones de hoja de coca y laboratorios clandestinos». 

Para el mismo informe, el jefe de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida Sin Drogas (Devida), Alberto Otárola, agregó: «Se han establecido como el grupo socioeconómico más importante en la provincia de Mariscal Ramón Castilla. Están presentes en toda la cadena de producción del narcotráfico: siembra ilegal, preparación de pasta básica o clorhidrato de cocaína y lavado de activos».

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